
Tengo una pareja de esqueletos conviviendo en mi placard, y un monstruo debajo de la cama.
Me despierto a la madrugada, escucho el "clak-clak" salir del hueco en la pared,
sonrió: se están amando.
Dejan la puerta entre abierta, el monstruo los espía con los ojos en llamas.Acepta el juego.
"Clak, clak"; se chocan, se muerden, enroscados en un charco de ectoplasma.
Todo lo que los rodea se desmorona:carteras, zapatos y cajas; sus huesos se buscan con furia.El monstruo late como un corazón recién sacado de un cuerpo caliente.
Yo disfruto mi insomnio en ese fluir salvaje.
Laila
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